La revista de referencia de las terapias holísticas, el crecimiento personal y el cuidado natural
Maria Cinta
Amor y Tantra
¿Eyaculas antes de lo deseado? ¿Pierdes interés por tu amante tras eyacular? ¿Te invade una sensación de
separación o vacío? ¿Sientes unas ganas incontrolables de dormir?
Con cada eyaculación masculina ocurre una pérdida de energía que se vive como una pequeña depresión en niveles variables de intensidad según las circunstancias del momento y tu estado físico, de salud, edad etc
Quizá ese episodio se ha repetido continuamente desde la adolescencia y hoy te preguntas cómo evitar la eyaculación precoz para disfrutar del sexo durante largo tiempo sin limitar tu experiencia ni la de tu pareja.
Es posible tener un orgasmo sin eyacular (éste llega algunas milésimas de segundo antes que la eyaculación y existen técnicas para que la eyaculación no se produzca) y también puede suceder lo contrario, eyacular sin placer. Frecuentemente, la eyaculación se produce antes incluso de que tenga lugar la penetración. Y esto último es la eyaculación precoz vivida en extremo. Pero ¿Por qué ocurre la eyaculación precoz?
Causas de la eyaculación precoz
1.
Exceso de excitación antes del coito
Si tienes tendencia a buscar estímulos externos como crear fantasías mentales o usar imágenes pornográficas para producir una excitación extra, debes saber que estás acelerando el proceso natural del encuentro sexual. Al provocar una subida rápida de energía sexual, es muy fácil que en un período de tiempo muy corto tu energía quiera desbordarse en forma de eyaculación, para descargar la tensión acumulada.
También puede ocurrir esa subida rápida de energía si estimulas tus zonas erógenas demasiado de prisa o de forma muy fogosa, ya que tu cuerpo no tendrá tiempo de ir acogiendo esa excitación.
2.
Ansiedad femenina: la mujer puede
acelerar la eyaculación del hombre
El estado natural y deseable de la vagina es el de una receptividad serena, suave, acogedora y relajada, ya que esas son las cualidades intrínsecas del femenino.
Si una mujer vive de forma “masculinizada” o acelerada, se carga de tareas y actividades, objetivos que la presionan etc., eso se refleja en forma de tensiones que afectan a la musculatura de la vagina y que incluso pueden llegar a provocar dolor
Se crea un deseo inconsciente de escargar estas tensiones cuanto antes a través del acto sexual y del orgasmo. Esta cualidad que la vagina adquiere ante la impaciencia femenina es percibida por el pene, que es muy sensible y trata de adaptarse a las exigencias del entorno que lo acoge (la vagina), provocando la eyaculación inmediatamente.
La mujer también puede provocar conscientemente tu eyaculación. La vagina sabe como crear esa carga sexual necesaria para hacerte eyacular.
3.
Creer que la erección y la penetración
son responsabilidad del hombre
La mayoría de los hombres creen que el
pene debe estar erecto todo el tiempo y
que la erección debe ser completa para satisfacer a la mujer y a ellos mismos. Esto implica un deseo interno, a veces inconsciente, de terminar cuanto antes el encuentro para no exponerse a la posibilidad de perder la erección y defraudar a su amante.
Si piensas que podrías ser uno de estos hombres que de niño vivió ese sentimiento de “ser invadido por su madre”, se hará necesario que busques un acompañamiento adecuado para superar ese miedo inconsciente que se te despertará en cada relación sexual impidiendo tu gozo.
En definitiva, la causa de la eyaculación precoz es identificable en una sesión de tantra, donde utilizo diferentes técnicas para ayudarte a aumentar tu vitalidad corporal y a comunicarte con tu placer en una atmósfera de confianza y respeto.
Es por ese mismo miedo a perder la erección que, muchas veces, recurres a las fantasías sexuales o a las imágenes pornográficas.
4.
Objetivo: el orgasmo
La idea de que el orgasmo es el objetivo de un encuentro sexual genera tensión en los amantes. Si estás pensando en que debes conseguir algo que se llama orgasmo y proporcionárselo a tu amante también, ¡cuánta responsabilidad! Esta creencia, que a la larga se convierte en obsesión por llegar al orgasmo te puede poner muy tenso y con ello, provocar la eyaculación antes de lo deseado.
5.
La falta de comunicación
La duda sobre el momento adecuado de proceder a la penetración es algo que también te crea tensión. La mujer, si está presente en su cuerpo, sabe perfectamente cuándo desea ser penetrada, transmítele tu deseo y
pregúntale si es el suyo.
Es frecuente que durante un encuentro sexual relajado, lento y en presencia, te des cuenta de muchas cosas que se mueven internamente. Se pueden despertar heridas antiguas, puedes sentir que hay algún lugar dónde no te gusta ser acariciado, entrar en una emoción o que un recuerdo o un olor te hagan entrar en un espacio de aislamiento, de desconexión. Si esto no lo comunicas, tu compañera pensará que ella es la causante de tu desinterés y comenzará a distanciarse de ti, aunque sea de una forma muy sutil.
6.
El miedo inconsciente a la pérdida de
libertad
Muchos hombres que de pequeños vivieron experiencias en las que su madre (o persona que les cuidaba) les protegió en exceso o era demasiado controladora o invasiva, de adultos sienten miedo a que la mujer los absorbay con ello perder su preciada libertad.
El espacio íntimo es un lugar dónde eso ocurre literalmente, eres absorbido por la mujer cuando la penetras.
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